Actualmente, los principales destinos de los residuos orgánicos generados en los procesos industriales son:
Alimentación animal. Especialmente destinados a ganaderías bovinas y ovinas, aunque sean rechazos de producción, estos residuos pueden considerarse como subproductos.
Compostaje. Es un proceso biológico aerobio (con presencia de oxígeno) que transforma los residuos orgánicos degradables en un producto estable e higienizado llamado compost, que se suele utilizar como enmienda orgánica.
Digestión anaeróbica. Es un proceso biológico que tiene lugar en ausencia de oxígeno, en el que parte de la materia orgánica de los residuos orgánicos se transforma, mediante la acción de los microorganismos, en una mezcla de gases: el biogás. El biogás generado se puede considerar un buen combustible, y es útil para la combustión y generación de calor y/o energía eléctrica.
Eliminación en vertedero. En las zonas donde no existen estas opciones, los residuos orgánicos se trasladan al vertedero controlado correspondiente.
Bioetanol a partir de restos orgánicos
Siendo que actualmente este producto se utiliza normalmente como combustible, podría existir otra alternativa; mediante un sencillo proceso de fermentación de los desechos orgánicos se puede obtener el bioalcohol podría utilizarse para la desinfección de objetos, un producto altamente demandado durante el brote de COVID-19.
Y es que lavarse las manos con agua y jabón es una de las mejores maneras de protegerse contra el coronavirus. Pero esta rutina de lavado de manos suele complementarse con el uso de geles desinfectantes sobre todo en centros sanitarios. La demanda de estos productos está aumentando, y los fabricantes están abrumados por los pedidos. De hecho son numerosas las empresas que han adaptado su producción para fabricar soluciones hidroalcohólicas como la industria de bebidas alcohólicas o compañías de perfumería, y participar así activamente en el esfuerzo por contener la pandemia de coronavirus.
Con la actual demanda de productos que precisan alcohol entre sus componentes es factible estudiar la adaptación de las plantas de tratamiento de residuos orgánicos para la generación de esta materia prima tan deseada. Derivaría en una solución que abarca el reciclaje de los residuos orgánicos y beneficia a la industria, la sociedad y el medio ambiente.
Si la planta de tratamiento de residuos orgánicos ya dispone de infraestructura de reciclaje se podría adaptar fácilmente a los nuevos requisitos para la producción de bioetanol, desde Heura podemos diseñar un proyecto que permita analizar las diferentes variables que tendría una planta de transformación de residuos orgánicos en bioetanol para el mercado, así como la ejecución del proyecto.
Transformar una planta de tratamiento de residuos en una planta generadora de materia prima además de ser buena inversión para la sociedad también lo es para el medioambiente. Un proyecto que podría atraer inversores por sus características sociales y medioambientales ya que además de ser rentable económicamente, impacta positivamente en la sociedad y el medioambiente.