Las prendas de vestir que los consumidores descartan, ya sea porque han llegado al final de su vida útil, porque no se pueden seguir usando con la misma finalidad con que se produjeron o simplemente porque el consumidor decide prescindir de esa prenda, aunque esté en buenas condiciones, son residuos que pueden desecharse en la fracción resto y terminar en un vertedero, o ser depositados en los contenedores de ropa usada para su reutilización o reciclado.
A pesar de la gran cantidad de generación de estos residuos textiles, las tasas de reciclaje textil, a nivel global, siguen siendo bajas. Según datos de INTEXTER UPC, se calcula que el volumen de residuos textiles post-consumo en España es del orden de 900.000 toneladas/año (19 kg/habitante/año).
Y es que la cantidad de ropa comprada en la UE por persona ha aumentado tras una fuerte caída de los precios, lo que ha acortado la vida útil de la ropa. La nueva estrategia de la UE tiene como objetivo abordar la moda rápida y proporcionar directrices para lograr altos niveles de recogida selectiva de residuos textiles.
Según la Directiva del Parlamento Europeo adoptada en 2018, los países de la UE estarán obligados a recolectar textiles por separado para 2025. Existen grandes diferencias entre los diferentes Estados miembros acerca de cómo gestionar este flujo de residuos. Aparte de Francia, donde desde 2008 existe un Sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor obligatorio para los flujos de residuos de textiles a nivel nacional. Las iniciativas están dispersas y en su mayoría son impulsadas por organizaciones benéficas o propietarios de marcas individuales.
La Responsabilidad Ampliada del Productor clave para la recolección separada de textiles
La futura Ley de Residuos española está orientada a que los productores o fabricantes de ropa, ropa de cama y calzado, importadores y distribuidores pueden establecer un sistema individual para reciclar y tratar estos residuos, o contribuir económicamente a una organización creada para tal fin y a la que se adhieran. Es lo que se llama Sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor.
Actualmente no existen en España Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor para los flujos de residuos de textiles ya sean individuales o colectivos. La recogida selectiva y la clasificación de los residuos de textil no es obligatoria por el momento, pero lo será en los próximos años. Es por ello que la Responsabilidad Ampliada del Productor para los flujos de residuos de textiles es un instrumento clave para ayudar a implementar el requisito de recolección separada de textiles.
Además, como responsables de los residuos generados, los productores deberían realizar esfuerzos para conocer dónde terminan sus productos después de su vida útil. Esto sería factible a través de, por ejemplo, un sistema garante de la veracidad y trazabilidad de los datos. Se trata de garantizar que los textiles desechados por los primeros compradores realmente lleguen a quien los necesita, que se reciclen adecuadamente o que se conozca si terminan siendo un producto de reventa.
La Transparencia y la Trazabilidad implican explicar y ser claro con las cantidades, la ubicación y el destino de los residuos a lo largo de toda la cadena.
Dar a conocer cada una de las etapas por las que pasan los productos es posible gracias a la combinación de herramientas digitales como IoT, IA o blockchain. Esto permitirá que se promocione la transparencia y la eficiencia de procesos, favoreciendo que se desarrollen modelos empresariales más justos y sostenibles.