La economía circular es una oportunidad atractiva y rentable para que las organizaciones puedan planificar sus procesos con el objetivo de convertir residuos en recursos, disminuyendo de paso la volatilidad de precios en las materias primas y mejorando su relación con los grupos de interés.
Las cadenas de suministro, la actividad logística y el sector de distribución de alimentación cobran gran protagonismo en este nuevo entorno, considerando que en una economía lineal las cadenas de suministro extraen, usan y eliminan; mientras que en una economía circular las cadenas de suministro reducen, reutilizan y reciclan…
El nuevo enfoque económico circular implicará un gran reto para el sector de la distribución.
Los sectores del envase y embalaje, el transporte y la distribución están adaptando sus productos y procesos a los requisitos de la economía circular. También las cadenas de alimentación con las donaciones a instituciones sociales y la reducción del precio de los alimentos cercanos a su fecha de caducidad están adoptando algunas vías para evitar el desperdicio de comida.
Las marcas y el sector de la distribución están comenzando a actuar como líderes e influyentes para ayudar a los consumidores a vivir de manera sostenible. Es el ejemplo de Mercadona que abrirá este mes de octubre supermercados más sostenibles. En su estrategia medioambiental destacan acciones como la eliminación de la bolsa de plástico de un solo uso en todas las secciones así como los desechables de plástico y su compromiso para 2025 de disminuir el 25% el uso de plástico de sus envases sustituyéndolo por otros materiales e incorporando plástico reciclado así como que todos sus envases de plástico sean reciclables.
Pero mientras están surgiendo buenas prácticas, apenas se está mitigando el problema de los desechos.
De las toneladas de residuos que se generan se estima que los alimentos y los envases representan más del 40% de lo que los hogares tiran cada año.
Podría decirse que el sector alimentario se enfrenta hoy al mayor desafío de sostenibilidad. El desafío es conseguir producción y consumo sostenibles, ofreciendo a los clientes productos y servicios de alta calidad, respetando nuestros límites planetarios y la necesidad de equidad social.
Los desechos tienen una serie de implicaciones en los costes, entre ellos el hecho de que las empresas pagan por ellos como materiales y pagan nuevamente por su eliminación.
Economía circular en acción en el sector de la distribución:
Algunas de las acciones que pueden poner en marcha el sector de la distribución, pueden ser:
- Embalaje: menos cantidad y uso más sostenible.
- Ayudar a los compradores a traer sus propios envases para rellenar con diversos artículos de uso cotidiano, como por ejemplo, bebidas, cereales, materiales de limpieza… Los precios podrían llegar a ser perfectamente % más baratos que las alternativas empaquetadas.
- Hacer entregas a domicilio sin desperdicios a través de mensajería con menos emisiones de CO2, para reducir la huella de carbono.
- Trabajar con los proveedores para reducir el desperdicio en la producción y la cadena de suministro.
- Ayudar a los clientes a reutilizar o reciclar cada producto o embalaje que adquieren.
- Priorizar la innovación del modelo de negocio.
- Implantar sistemas de control de datos de cantidades de envases, agua y energía consumida en tiendas para poder tomar mejores decisiones.