En el ámbito europeo, el sector de la construcción fue declarado como prioritario en los planes de acción lanzados por la Comisión Europea en materia de economía circular, ya que es un sector que genera importantes cantidades de residuos, siendo también un gran consumidor de materias primas.
Aunque la economía circular ha avanzado bien en otros sectores, en la edificación todavía existe un largo camino por recorrer y se necesita la implicación de todos los actores para transformar el modelo en todo el ciclo de vida de los edificios. Esta es una de las principales conclusiones del informe Economía circular en la edificación, elaborado por Green Building Council España (GBCe).
Debemos pasar de una economía lineal a una circular. Es decir, que los edificios se transformen en bancos de materiales. El debate sobre la circularidad en el sector llega en un momento en el que, además, los precios de los materiales están disparados.
Legislación acerca de los residuos de construcción y demolición
La futura Ley de Residuos y Suelos contaminados para una economía circular incorpora medidas como el deber de separación de materiales desde 2022 y la demolición selectiva desde 2024. En definitiva, los nuevos retos para el sector son ya una realidad: deconstrucción en lugar de demolición, separación en origen, etc. Nuevas oportunidades para hacer efectivo un uso más eficiente de los recursos disponibles y tener un sector circular y competitivo.
Según esta nueva ley y sin perjuicio de la normativa específica para determinados residuos, “en las obras de demolición, deberán retirarse, prohibiendo su mezcla con otros residuos, y manejarse de manera segura las sustancias peligrosas, en particular, el amianto.
A partir del 1 de julio de 2022, los residuos de la construcción y demolición no peligrosos deben ser clasificados en, al menos, las siguientes fracciones: madera, fracciones de minerales (hormigón, ladrillos, azulejos, cerámica y piedra), metales, vidrio, plástico y yeso. Asimismo, se deben clasificar aquellos elementos susceptibles de ser reutilizados tales como tejas, sanitarios o elementos estructurales. Esta clasificación se debe realizar de forma preferente en el lugar de generación de los residuos y sin perjuicio del resto de residuos que ya tienen establecida una recogida separada obligatoria.
A partir de enero de 2024 la demolición se llevará a cabo preferiblemente de forma selectiva, y con carácter obligatorio, garantizando la retirada de, al menos, las fracciones de materiales indicadas anteriormente, previo estudio que identifique las cantidades que se prevé generar de cada fracción, cuando no exista obligación de disponer de un estudio de gestión de residuos y prevea el tratamiento de estos según la jerarquía establecida.
Para facilitar lo anterior, se establecerá reglamentariamente la obligación de disponer de libros digitales de materiales empleados en las nuevas obras de construcción, de conformidad con lo que se establezca a nivel de la Unión Europea en el ámbito de la economía circular. Asimismo, se establecerán requisitos de ecodiseño para los proyectos de construcción y edificación.”
Responsabilidad Ampliada del Productor en la industria de la construcción
Teniendo en cuenta que la industria de la construcción es el sector que más residuos genera, tras los urbanos, en concreto un tercio de todos los residuos generados en la Unión Europea, es necesario controlar el consumo de recursos, reducir las emisiones de contaminantes y realizar una gestión eficaz de los residuos que se generan sometiéndolos a un proceso de reciclado y valorización.
Por ejemplo, algunos de los residuos como los áridos que tienen su origen en los residuos de construcción y demolición (RCD) no son residuos sino recursos. Es más, los áridos reciclados son uno de los mejores ejemplos de Economía Circular, ya que los RCD son reciclables en porcentajes cercanos al 100%, permitiendo que un residuo se vuelva un recurso y se reduce el impacto ambiental que genera la extracción de áridos naturales.
Una gestión idónea de estos residuos de construcción y demolición (RCD) puede suponer grandes beneficios en cuanto a la sostenibilidad y a la calidad de vida, además de que aporta grandes ventajas a la industria de la construcción y el reciclaje en la UE. Gestionados de forma respetuosa con el medio ambiente contribuyen de manera muy significativa a la economía circular.
Los Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor se han aplicado a diferentes tipos y flujos de desechos y pueden ser una excelente alternativa para la industria de la construcción.