Los activos representan desde el punto de vista contable los bienes, derechos y otros recursos controlados económicamente por la empresa, de los que se espera que la empresa obtenga beneficios o rendimientos económicos en el futuro.
Históricamente la forma de generar beneficios en las empresas ha sido producir más a menor coste, no centrando demasiado el tiro en el desarrollo de productos y servicios que aporten mucho valor a los clientes. Esta realidad sigue vigente, pero ahora aparece un nuevo valor que el mercado demanda, la sostenibilidad.
Evidenciar que una empresa es sostenible es más sencillo de lo que parece, siempre ha sido muy sencillo evidenciarlo a nivel económico (si gana o no gana dinero); pero cómo se gana ese dinero y para qué se gana es lo que empieza a tener una relevancia a nivel mercado. Es ahí en dónde las estrategias orientadas a la sostenibilidad adquieren protagonismo.
Huella de Carbono, Economía Circular, Buen Gobierno, Impacto Social dentro y fuera de las empresas; son los pilares fundamentales de la sostenibilidad.
En el área medioambiental, una compañía bien gestionada en dónde se han desarrollado procesos, operaciones y puntos de control para optimizar la producción y reducir los desperdicios, tiene todas las papeletas para poder evidenciar un alto grado de sostenibilidad. ¿Qué empresa no quiere obtener la mayor cantidad de buenos productos y servicios de las materias primas y recursos que consume?
Seguir a nuestro dinero es un buen comienzo para ver en qué partes de la empresa se ha invertido en ser más eficiente, y por lo tanto más sostenible. Actuaciones como optimización de consumos de agua y energía, mantenimiento de instalaciones para control de almacén, optimización en procesos de logística, logística inversa, sistemas para la prevención de derrames accidentales, eliminación de retrabajos, reducción en la generación de residuos, utilización de recursos energéticos renovables, reutilización de envases…Todas las iniciativas orientadas a hacer más eficiente un proceso productivo se engloban perfectamente en este marco, solo necesitamos herramientas de medición reconocidas para evidenciar su impacto positivo.
Por último, existe otro enfoque muy interesante en el desarrollo de estrategias orientadas a la sostenibilidad; es la posibilidad de modelizar negocios o crear nuevos en dónde se añade como valor para los clientes la evidencia de que son más sostenibles que los actuales, muchos de ellos orientados a añadir más servicio a los productos y servicios que se generan actualmente.
En resumen, la sostenibilidad se ha convertido en un activo imprescindible para el desarrollo de cualquier modelo de negocio mostrando un inmenso campo de oportunidades. ¡¡¡Pasen y vean, la mesa está servida!!!