CÓMO PONER EN MARCHA UN SCRAP
Las organizaciones gubernamentales pretenden así involucrar a los productores en la prevención y en la organización de la gestión de los residuos; promoviéndose así la reducción, reutilización, el reciclado y la valorización de los mismos.
Actualmente existe una obligación legal, para más tardar diciembre 2024, de exigir la RAP para todos los flujos de residuos de envases tanto de uso doméstico (que ya existe), como de uso industrial o comercial. En la actualidad los fabricantes de productos pueden hacer frente a estas obligaciones de forma individual o de forma colectiva.
Los productores que optan por un sistema individual deben presentar una comunicación previa al inicio de las actividades, indicando su funcionamiento y las medidas que aplicarán para el cumplimiento de las obligaciones derivadas de la responsabilidad ampliada.
Los productores que optan por un sistema colectivo para el cumplimiento de estas obligaciones deben constituir una asociación u otra entidad con personalidad jurídica propia sin ánimo de lucro para la gestión de un sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP).
CÓMO DISEÑAR E IMPLEMENTAR UN SCRAP
Un SCRAP es una herramienta de gestión que ayuda a hacer cumplir a las empresas con estas obligaciones; sufragando, por parte de las mismas, los costes de gestión de los residuos que aparecen tras el uso de sus productos puestos en el mercado (es decir, cuando alcancen el final de su vida útil).
Los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) no es un gestor de residuos, es mucho más. Las empresas asociadas delegan la gestión de sus responsabilidades ambientales en entidades sin ánimo de lucro y así pueden concentrarse en lo que realmente es importante para ellos: fabricar y vender sin miedo a ser sancionados.
Para facilitar la correcta gestión de estos residuos se diseña e implementa un sistema complejo dónde se integran diferentes actores (fabricantes, recuperadores, recicladores, Comunidades autónomas o Ayuntamientos) con el objetivo de mejorar la eficacia y eficiencia de los sistemas de recogida, segregación, transporte, reutilización, reciclado, valorización y trazabilidad.
Un SCRAP maneja los productos de múltiples fabricantes para beneficiarse de las economías de escala y alcance. El coste total se asigna a los productores en función de métricas, como su participación en el rendimiento por peso. Es decir, para financiar el gasto de recogida selectiva, las empresas productoras aportan una cantidad económica proporcional por cada residuo o producto introducido en el mercado.
Al hacer responsables a los productores, se crea un efecto incentivador para que los fabricantes diseñen productos que mejoren la reutilización de los productos reciclados y contribuyan a una economía circular. A través de un SCRAP el reciclaje y la recuperación de material de desecho son más eficientes, se reduce la eliminación de residuos y se contribuye al uso eficiente de los recursos y la recuperación de valiosas materias primas secundarias.
En Heura somos la única consultora medioambiental en España especializada en la puesta en marcha de Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada. Eso significa que tenemos experiencia demostrable en diseñar e implementar SCRAP´s para fabricantes y usuarios de productos industriales o comerciales.
Ejemplos de este tipo de soluciones son AEVAE y TECNOWEE, dos SCRAP´s puestos en marcha por Heura para fabricantes de diferentes sectores industriales y que han conseguido reducir el abandono de toneladas de envases de plástico residual así como de aparatos de iluminación.